La vuelta
Vuelvo a casa. El aire es distinto aquí, como si cada calle me reconociera, como si los pasos perdidos de otros tiempos ya no fueran otra cosa más que el eco que resuena en los adoquines. Vuelvo a casa en busca de los abrazos que me rodean antes de que la puerta siquiera se abra. Hay una calidez en las miradas que cruzo, como si el tiempo no hubiera pasado, como si nunca me hubiera ido.
Camino despacio, reconociendo las esquinas desportilladas, los balcones abiertos de par en par, las plantas que se descuelga de los tiestos pintados, las persianas enredadas tras las rejas, a media altura, los pequeños detalles que hasta ahora he dejado que pasen inadvertidos. Vuelvo para correr tras el olor del pan recién hecho, buscando el sonido lejano de una risa conocida, busco esa paz que sólo se siente cuando uno está en el lugar correcto.
Es aquí, en este rincón del mundo, donde el alma deja de buscar.
Comentarios
Publicar un comentario
La única obligación es ser respetuoso…, nada más.